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Es probable que tu congelador esté repleto de diversos alimentos que esperan a ser descongelados y cocinados.

La buena noticia es que sí puedes consumirlo aún estando pasados de fecha, aunque en algunos casos, el sabor, el color o la textura pueden haber disminuido en calidad, como documenta el Departamento de Agricultura de EEUU.

¿Cuánto duran?

Estos son algunos pasos que puedes seguir para asegurarte de que tus alimentos congelados se mantengan seguros:

  • Mantén adecuadamente el termómetro de tu congelador.
  • Evita guardar la comida caliente.
  • Limita la cantidad de veces que abres el electrodoméstico.

Los tiempos para consumir alimentos congelados son:

  • Frutas y verduras: 8-12 meses
  • Huevos crudos (sin cáscara): 12 meses
  • Guisos: 3-4 meses
  • Carne de res y cerdo cruda o picada: 3-4 meses
  • Pollo entero o pavo: 12 meses
  • Carne curada o procesada (tocino, salchichas): 1-2 meses
  • Pescado cocido: 4-6 meses
  • Bistecs crudos o asados: ​​4-12 meses

¿Sigues teniendo dudas?

En FROSTPOINT nos aseguramos de que el producto, en todo el tiempo de almacenamiento y trayecto, no tenga riesgos críticos en el control de temperatura y llegue a destino en los plazos establecidos asegurando siempre el 100% de calidad de servicio.

Nuestro área de I+D+i está en continua mejora para adaptar nuestras instalaciones y flotas a los sellos europeos e internacionales más exigentes.

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Si hay una forma efectiva de que tus productos fríos y congelados lleguen a su destino, ese es el transporte por carretera. Es de esto de lo que te vamos a hablar en este artículo. 

Como resumen somero, diremos que el transporte por carretera supone una forma más económica que otras de trasladar con total seguridad para el cliente la mercancía que quiera llevar de un lugar a otro. 

El transporte por carretera de productos congelados, garantía de calidad

Es un hecho que, cuando haces uso del transporte por carretera en territorio nacional sobre todo, las ventajas son muchas. No es algo gratuito el que el 95% de las mercancías que se mueven por nuestro país se haga a través de este medio, frente a un escaso 2%. 

Cuando las mercancías se mueven hacia países de la Unión Europea, también se suele hacer por este medio por su conveniencia y porque es más rápido que hacerlo, por ejemplo, que usando el tren, puesto que en este caso, se producen varios acoples y desacoples de vagones durante un mismo viaje. 

¿Qué ventajas ofrece el transporte por carretera?

Como hemos dicho en anteriormente, son muchas las ventajas que tiene esta forma de llevar tu carga de un lugar a otro. Veamos cuáles son las más importantes. 

En primer lugar debemos señalar que es una forma rápida de colocar tu mercancía en comparación con otras formas de transporte, como por ejemplo, los barcos. El transporte marítimo es mucho más lento y menos ágil que la carretera.

Además, si no es mucho camino el que tienes que recorrer se trata de una forma de transporte bastante económica, sin contar con el hecho de que puedes transportar en un camión casi cualquier carga que necesites llevar. Esto lo convierte en una opción francamente flexible y versátil. 

Otra de las ventajas es que existe una gran cantidad de vehículos terrestres que se adaptan a la naturaleza de lo que debas transportar, y, en el caso de los productos congelados o fríos, estos vehículos, como es el caso de los nuestros, ofrecen todas las garantías y cuentan con todas las herramientas necesarias para que lleguen a su destino en perfecto estado. 

Y además, por si todo lo anterior fuera poco, el transporte por carretera es el único que permite llevar tus mercancías de puerta a puerta

La carta de porte

La carta de porte es un elemento fundamental que debes conocer. Se trata del documento en el que se refleja qué contenido es el que se transporta de manera total o parcial y cuáles son los términos y condiciones del contrato del servicio. 

No es un documento obligatorio, pero cualquiera de las partes interesadas puede pedirlo para formalizar el contrato de servicios. Si existe negativa, se puede considerar como un rechazo del servicio de la parte que lo niega. 

Eso sí, en traslados continuos es posible que se exija una carta de porte por envío para que queden reflejados por escrito los términos y condiciones del contrato. Deberá firmarse por las dos partes y se emitirán tres copias: una para el cargador, otro para la mercancía y el tercero para el porteador. 

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¿Necesitas contratar un servicio de transporte terrestre de productos congelados? ¡Conoce los factores que debes tener en cuenta a la hora de contratar!

Factores a tener en cuenta al elegir servicio de transporte terrestre para productos congelados

Variedad

Atendiendo a la velocidad necesaria, lo habitual es diferenciar entre envíos económicos y urgentes. A mayor velocidad, mayor coste tendrá el servicio de transporte terrestre, por eso es muy importante saber el tiempo que tienes para hacer las entregas a tus clientes. 

Por otra parte, también puede ser radicalmente distinto atendiendo a la naturaleza de tu mercancía o las dimensiones de esta última.

Existen diferentes tipos de transporte terrestre, más adecuados que otros, para llevar las mercancías de un punto a otro, según su naturaleza. ¿Cuáles son? 

  • Camión: Rígidos o articulados.
  • Transporte ferroviario.

Otras tipologías de servicio de transporte terrestre

La velocidad o el tamaño de la mercancía no son las únicas variedades a las que podemos enfrentarnos. La logística de algunos clientes puede necesitar, por ejemplo, la realización de entregas nocturnas en determinadas grandes superficies o clientes. Otras requieren entregas durante el día, pero también en horarios determinados o con fechas concertadas.

A veces la clave reside en cómo el vehículo facilita la propia entrega. Hablamos, entre otros, de tráileres con lona lateral para cargar y descargar mercancía voluminosa, camiones con trampilla en los lugares en los que no se puede descargar a través de un muelle, camiones con autodescarga, etc.

Variación en los precios del combustible para transporte terrestre de productos congelados 

Esta última temporada está siendo muy estresante para el sector logístico. El nuevo panorama actual ha obligado de manera indirecta a que las empresas tomen en consideración las fluctuaciones en los precios de los hidrocarburos. 

 A la hora de contratar un servicio de transporte terrestre y de diseñar las necesidades de tu cadena de suministro, te será muy útil tener presente este tipo de casuísticas y, así, encontrar al proveedor logístico que mejor se adapte a tus necesidades.

En FrostPoint somos especialistas en la distribución de productos congelados (pescados, mariscos, carnes, vegetales, etc.).

Nos adaptamos a las necesidades del cliente ofreciendo:

  • Cargas fraccionadas
  • Cargas completas

¿Necesitas más información? ¡Ponte en contacto con nosotros! Haz click aquí

Congelar alimentos es algo habitual en nuestro día a día. Nos saca de apuros, nos permite ahorrar tiempo e incluso disfrutar de productos fuera de nuestro alcance en ese momento o temporada. Normalmente sabemos qué alimentos podemos congelar y cómo hacerlo pero ¿conoces qué productos no debes congelar?

Desde Frostpoint, expertos en productos congelados y su distribución, te contamos qué hay que tener en cuenta a la hora de congelar un alimento y cuáles no deben nunca someterse a un proceso de congelación.

En este sentido, lo primero que habrá que tener en cuenta es la estructura biológica de un alimento. También, si son frescos o han sido cocidos o congelados previamente.

A grandes rasgos además podemos decir que los alimentos que no deben congelarse son aquellos en cuya composición predomina el agua, hidratos de carbono, grasas o lácteos.

Huevos

Nunca debemos congelar huevos por mucho exceso que tengamos. Los huevos deben estar siempre en la nevera, pero no en el congelador. Si pueden sin embargo congelarse las claras, una vez extraídas de la cáscara. Serán perfectas para elaborar algún postre o receta de repostería.

Productos con grasa

El proceso de congelación de la grasa es lento y, por tanto, si congelamos alimentos que contengan parte magra, esta tenderá a estropearse durante el proceso afectando al sabor y propiedades del resto del producto. Por ejemplo, si queremos congelar panceta o jamón, es aconsejable quitar antes la grasa para garantizar luego su estado.

Patatas, pastas o arroces cocinados

Ya hemos comentado que hay que tener en cuenta la estructura biológica de un alimento y su composición y este es un caso claro por su exceso de almidón (hidratos de carbono). La congelación de una patata o plato de arroz o pasta previamente cocidos variará su textura y sabor. En el caso de las patatas, podemos freírlas un poco antes de meterlas en el congelador.

Verdura que no se vayan a cocinar

No debemos congelar tomates, lechugas u otra verdura de hoja que vayamos a comer en crudo. El motivo, el proceso hará que pierdan sabor y consistencia, muy al contrario que otro tipo de vegetales, como los guisantes o las judías verdes, totalmente aptos para ser congelados dado que a posteriori serán cocinados de manera habitual.

Mayonesas, natas o salsas que hayan sido emulsionadas

Congelar recetas que contengan mayonesa o alguna salsa o nata emulsionada es un error ya que, en ocasiones, el proceso puede hacer que se corten, además de perder también su textura y sabor. De igual forma, las tartas caseras hechas de bizcocho y algún tipo de crema de cobertura o relleno tampoco se verán favorecidas tras un proceso de congelación.

Llegan nuevas noticias y novedades para el sector de la logística del frío, la investigación tecnológica nos trae la congelación Isocórica, una innovadora forma de congelar alimentos que trae consigo un ahorro energético considerable.

¿Qué es la congelación Isocórica?

Hasta ahora para la congelación de los alimentos se ha empleado la técnica de la congelación isobárica, que se produce mediante una presión atmosférica constante. Cumple sus funciones, pero se requiere mucha energía para su empleo.

Con el cambio climático y el gasto económico que supone la energía en la actualidad para la industria, se ha buscado una nueva alternativa, que cumpla la misma función pero que reduzca los gastos, y sea más respetuosa con el medio ambiente. Se ha conseguido; ha llegado la congelación Isocórica que además de cumplir su función, se consigue reducir hasta un 70% en gasto energético.

Los estudios científicos comenzaron en la Universidad de California-Berkeley, en el año 2005, desarrollándose concretamente para transportar órganos de trasplantes, células y tejidos.

El éxito fue tal que se propusieron incorporar este nuevo método de congelación en alimentos, comenzando las pruebas en el laboratorio en 2017.

Pero, ¿en qué consiste la congelación Isocórica?

La congelación Isocórica consiste en el almacenamiento de los productos en un recipiente sellado, realizado en plástico duro o metal, que se llena de un líquido similar al agua.

Mientras que la congelación Isobárica la comida se expone al aire y se congela sólida a temperaturas inferiores de 32 º F, la Isocórica conserva la comida sin transformarla en un bloque de hielo sólido, lo que además de ser más rápido, requiere de mucha menos energía y hace que la calidad de la comida se mantenga intacta, pues estando sumergida en líquido no hay peligro de que se cristalice el hielo.

Toda una revolución que pronto se instalará en nuestros sistemas de logística del frío.

En Frostpoint estamos al tanto de todas las novedades sobre logística del frío, y a su disposición para transportes nacionales en productos congelados.

No sabemos a ciencia cierta cómo serán aún estas navidades, pero es indudable que, en mayor o menor grado, podremos reunirnos y disfrutar de las cenas y almuerzos propios de estas fechas. A distancia, en pequeños grupos, sean almuerzos, meriendas o cenas, de igual manera, habrá que estar prevenidos, tal y como venimos haciendo cada año muchos de los que optamos por hacer la compra de productos típicos navideños con una determinada antelación. 

Adquirir ahora los productos que utilizaremos durante la celebración de las comidas de Navidad sólo conlleva ventajas y mucho más aún cuando la actualidad manda en materia de horarios, desplazamientos, aglomeraciones e incluso precios, con motivo de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19.

Es ahora, por tanto, un excelente momento para hacer nuestra previsión y planificación de gastos de cara a las próximas navidades. Llenar la despensa y el congelador nos ahorrará más de un quebradero de cabeza.

Comprar de esta forma es una opción que no solo beneficiará a nuestro bolsillo, la calidad de los productos merma en muchos casos, los precios suben en muchos otros y el aumento de la demanda sólo provoca colas, aglomeraciones, estrés e incluso llegar a tener que conformarnos con productos que no son los deseados ante la falta de existencias propia de estas fechas.

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Mariscos, caldos, carnes, dulces, embutidos y pescados forman gran parte de nuestra dieta navideña. Saber conservarlos será la clave del éxito de los ágapes y comidas que queramos preparar durante las próximas semanas.

En este sentido, al margen de nuestra despensa, será fundamental saber cómo debemos conservar en frío los alimentos que adquiramos con anterioridad. Congelar productos de forma correcta y seguir el proceso de descongelación adecuado hará que nuestras comidas navideñas mantengan sus cualidades nutricionales y, al mismo tiempo, podamos consumirlas de manera segura.

Aquí no sólo entran en juego las pautas a seguir para congelar y descongelar en casa alimentos frescos comprados con anterioridad. Todos sabemos ya en mayor o menor grado cómo debemos proceder a la hora de mantener la cadena de frío del mercado a nuestros domicilios. También tenemos claros consejos para congelar en tiempo y forma y, posteriormente, descongelar sin que los alimentos se deterioren o pierdan sus características nutricionales. Pero, no obstante, otra de las opciones de compra que más nos planteamos en estos momentos de alarma sanitaria y restricciones, es la adquisición de productos previamente congelados, es decir, aquellos que van “de las cámaras de congelación a su frigorífico”.

Este es el lema de Congelados en Casa, plataforma de e-commerce formada por distintas empresas del sector de frío con vocación de ser una ventana digital a los productos de máxima calidad al alcance de clientes finales.

El consumo de productos congelados creció un 39% durante el confinamiento, aunque según la consultora Nielsen, su consumo ya había aumentado en 2019. Es decir, esta opción de compra se ha convertido en la gran aliada de nuestras cocinas.

Igualmente, la adquisición de productos online es uno de los recursos al alza que nos deja esta pandemia, con un crecimiento del 75% durante los meses en los que se implantó el Estado de Alarma. Una opción que, además, en el caso de la alimentación, ha llegado para quedarse ya que uno de cada cuatro consumidores afirma que seguirán usando este canal para realizar sus compras.

Optar por adquirir productos congelados para estas navidades parece que se presenta, por tanto, como uno de los modelos de comportamiento que más se repetirán entre los consumidores.

Las nuevas conductas adquiridas durante este periodo de crisis sanitaria, la falta de información sobre las actividades, formas de reunión o la movilidad que tendremos para las próximas fiestas, la incertidumbre, el miedo… convierten la compra de alimentos congelados en una de las prácticas que, sin lugar a dudas, arrasará en las estadísticas sobre consumo que se generen en los meses venideros dadas las facilidades y garantías que nos ofrece.

Además, para facilitar la compra de estos productos y convertirnos en los reyes de cualquiera de las celebraciones que nos permitan llevar a cabo esta Navidad, desde aquí os ofrecemos una serie de recomendaciones directamente seleccionadas de la plataforma Congelados en Casa.

Pescados, mariscos, carnes, entrantes y postres que llegarán a tu casa con la garantía que ofrece siempre Frostpoint.

Aperitivos

Mariscos y pescados

Cárnicos