El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana continúa dando a conocer las líneas básicas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que ha sido aprobado por la Comisión Europea el pasado mes de junio, dando luz verde a la puesta en marcha de un ambicioso documento en el que se incluyen medidas e inversiones hasta 2.026.

Esperado por los diferentes sectores implicados, el plan traza la hoja de ruta para la modernización de la economía española, la recuperación del crecimiento económico y la creación de empleo tras la pandemia, con el objetivo de afrontar y estar preparados para los retos del futuro más próximo.

Para el transporte y la logística, el documento incluye retos y objetivos que afectan directamente al sector y que se recogen en dos de las líneas de actuación de las cuatro que se proponen como ejes fundamentales del plan, la transición ecológica y la transformación digital.

Según el propio Ministerio, el contexto actual hace necesario un impulso claro para el transporte como clave en la cohesión económica, social y territorial del país, sobre todo tras una pandemia que ha generado efectos directos sobre la demanda y su evolución.

Movilidad sostenible

Uno de los ejes que afectan directamente al sector del transporte y que está relacionado directamente con la transición ecológica del mismo, es el Plan de choque de movilidad sostenible, segura y conectada en entornos urbanos y metropolitanos que incluye el documento.

En este apartado, el objetivo fundamental es impulsar la descarbonización de la movilidad urbana, la mejora de la calidad del aire y de la calidad de vida en las ciudades, aprovechando las oportunidades económicas, sociales e industriales asociadas a esta transformación.

Para lograr estos objetivos el documento contemple un plan de choque con medidas dirigidas al propio tejido de la ciudad y a sus infraestructuras, la potenciación y optimización del transporte urbano y metropolitano, el impulso a la electrificación de la movilidad y la mejora de la calidad del aire a través, por ejemplo, del apoyo a la renovación del parque de vehículos ligeros o la adopción del vehículo eléctrico.

Está previsto que, con estas medidas, se produzcan beneficios de calado para la sociedad, la economía y el medio ambiente, incluyendo la reducción del uso de energías fósiles y el incremento de fuentes renovables, la reducción de la polución del aire, agua y suelo, la reducción de los niveles de ruido, además de un importante efecto tractor sobre la actividad económica y la industria y el desarrollo de nuevos modelos de negocio.

Transformación digital

 

También en el apartado de Movilidad sostenible, segura y conectada que contempla el Plan en lo que respecta a las infraestructuras y a los ecosistemas denominados resilientes, aquellos con capacidad para mantener funciones y procesos clave ante tensiones y/o presiones, al resistirse y luego conseguir adaptarse al cambio, el esperado documento contempla retos y objetivos relacionados también con la movilidad y el transporte, en este caso, de cara a la transformación digital del sector.

Según de el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, las infraestructuras de transporte son elementos esenciales para el desarrollo de los territorios y la cohesión social y territorial, así como para el incremento de la productividad, la mejora de la competitividad y la capacidad de exportación de la economía, por lo que resulta fundamental que sean fiables, sostenibles, resilientes y de calidad.

De ahí que el documento incluya, de manera clara, medidas e inversiones destinadas a modernizar, digitalizar y mejorar la seguridad y sostenibilidad de las infraestructuras clave de transporte interurbano e intermodales en todo el territorio nacional, con especial atención al transporte ferroviario.

También, objetivos de cara a hacer frente a las nuevas demandas y retos que plantean las infraestructuras de transporte y entre los que destacan el desarrollo de los corredores europeos, una red nacional de transporte más interoperable de acuerdo con los estándares europeos o mejorar la logística y la intermodalidad mediante el desarrollo y/o modernización de terminales logísticas, puertos y accesos a los mismos.

Asimismo, directamente relacionados con el sector de la logística y el transporte, nos encontramos también con grandes retos como la digitalización y sostenibilidad del transporte, mediante un ambicioso programa de apoyo al transporte basado en la digitalización, la introducción de nuevas tecnologías en el sector y el impulso de su sostenibilidad.

 

Con una inversión superior a los 13.000 millones de euros para la Movilidad sostenible, segura y conectada, este ambicioso Plan se espera de manera urgente en los principales sectores económicos del país tras la crisis sanitaria en la que aún estamos inmersos.

Desde el punto de vista de la movilidad y el transporte, la crisis sanitaria provocada por la pandemia en la que estamos inmersos ha supuesto, al igual que en la práctica totalidad de los ámbitos que afectan a un país, una situación sin precedentes.

La limitación de la libre circulación de las personas, el cierre de fronteras, la restricción de movimientos y actividades, el miedo al contagio, el cambio de costumbres y adquisición de nuevas costumbres y normas… han condicionado nuestro día a día, afectando a su vez, al normal funcionamiento de las empresas, organizaciones y gobiernos, que han tenido que adaptarse a la nueva situación con nuevas pautas y decisiones.

Actualmente, la pandemia y sus consecuentes restricciones siguen presentes y, por tanto, la movilidad sigue anclada en niveles inferiores a los de años anteriores a su inicio. Una situación que hace necesaria la investigación y el análisis de las posibles consecuencias de esta crisis, al objeto de poder predecir y anticiparnos a las mismas para afrontar con éxito sus efectos de cara a los años venideros.

En este sentido, el Observatorio del Transporte y la Logística en España ha elaborado un informe en el que destaca la importancia de profundizar en cómo la experiencia vivida en la crisis sociosanitaria generada por la pandemia influirá en la movilidad y el transporte del mañana.

El incremento del teletrabajo, el desarrollo y la prestación de servicios de forma online, la educación no presencial, la importancia de la seguridad sanitaria en general, y en particular en el transporte y la movilidad o el protagonismo de la digitalización y las nuevas tecnologías han tenido y tendrán su incidencia en el futuro más inmediato de los sectores afectados o directamente relacionados por los cambios que se han producido en la movilidad y el transporte pero, además, podemos añadir otros aspectos que serán clave, sobre todo, para la empresas dedicadas a la logística.

Transporte y seguridad sanitaria

El estudio del Observatorio destaca una de las cuestiones con más ámbitos de aplicación y con más incidencia desde que comenzara la pandemia, que ha puesto de manifiesto la importancia de la seguridad sanitaria en general, y en particular en el transporte y la movilidad.

Así, “la seguridad sanitaria ha adquirido identidad propia junto con las vertientes de seguridad habitualmente consideradas en el transporte, como son la seguridad física, la seguridad operacional, y la ciberseguridad” suponiendo, en consecuencia, avances en materia de desinfección, limpieza y provisión de equipos individuales de protección a los trabajadores del sector del transporte. Todas ellas medidas que, en base a la experiencia vivida y el análisis de la misma, previsiblemente, podrían perdurar en el tiempo.

Además, debido a la importancia adquirida por la seguridad sanitaria en todos los ámbitos, en un corto espacio de tiempo hemos podido comprobar cómo se han puesto en marcha certificaciones de protocolos y medidas para garantizar la seguridad de los empleados y de los usuarios del sistema de transporte, que creemos han llegado para quedarse.

El impacto del comercio electrónico

 

La crisis sanitaria generada por la pandemia actual ha acelerado los cambios en el consumo que ya habían comenzado a producirse en los últimos años.

Según el informe Global Consumer Insights Survey 2020, elaborado por la consultora PwC, el 50% de los consumidores globales -el 54% de los españoles- aseguran haber disminuido las compras en establecimientos físicos desde el inicio de esta crisis sanitaria. Se da un incremento del uso del móvil y del ordenador como canales de compra y una mayor preocupación por la salud; aumentando los gastos en alimentación, entretenimiento y aparatos electrónicos y cayendo el consumo de ropa, calzado y restauración.

Este cambio en el patrón de comportamiento de los consumidores influye de manera directa en la movilidad y el transporte, ya que el incremento del comercio electrónico impacta claramente en la distribución urbana de mercancías.

Cada vez se realiza un mayor consumo por estos medios electrónicos y además se demandan tiempos de entrega más reducidos. Por tanto, ante el fuerte incremento de este campo como consecuencia de la pandemia se abren nuevos retos y oportunidades, como el desarrollo de nuevos sistemas de entrega y recogida de paquetería en buzones inteligentes en lugares públicos o en las zonas comunes de urbanizaciones residenciales o en vehículos particulares a través de una app que permita la apertura del coche al repartidor.

Asimismo, pueden desarrollarse microhubs o centros de microdistribución logísticos en los barrios de las ciudades, como pequeñas unidades de distribución logística descentralizadas que además permiten la distribución a los clientes finales en vehículos de bajas emisiones, o incluso en bicicleta o a pie, según recoge el análisis del Observatorio del Transporte y la Logística en España.

Reconfiguración de centros de producción

Además, tenemos que hablar también de la reconfiguración de centros de producción de las empresas a la que nos ha obligado la situación actual y sus consecuencias directas en las cadenas logísticas, aspecto que deberá tenerse en cuenta sobre todo de cara al futuro más inmediato.

En este sentido, la posición geográfica de España puede ser un factor a tener en cuenta ya que, si bien es un país periférico en el ámbito europeo, puede ser la puerta de entrada de multitud de productos procedentes de diversas partes del mundo al continente.

Por tanto, según el análisis del Observatorio, dado que, salvo casos puntuales, se cuenta con capacidad suficiente en las infraestructuras nodales destinadas a la manipulación de mercancías, es probable que los esfuerzos tengan que orientarse hacia la mejora de las conexiones entre los distintos modos de transporte.