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Desde el punto de vista de la movilidad y el transporte, la crisis sanitaria provocada por la pandemia en la que estamos inmersos ha supuesto, al igual que en la práctica totalidad de los ámbitos que afectan a un país, una situación sin precedentes.

La limitación de la libre circulación de las personas, el cierre de fronteras, la restricción de movimientos y actividades, el miedo al contagio, el cambio de costumbres y adquisición de nuevas costumbres y normas… han condicionado nuestro día a día, afectando a su vez, al normal funcionamiento de las empresas, organizaciones y gobiernos, que han tenido que adaptarse a la nueva situación con nuevas pautas y decisiones.

Actualmente, la pandemia y sus consecuentes restricciones siguen presentes y, por tanto, la movilidad sigue anclada en niveles inferiores a los de años anteriores a su inicio. Una situación que hace necesaria la investigación y el análisis de las posibles consecuencias de esta crisis, al objeto de poder predecir y anticiparnos a las mismas para afrontar con éxito sus efectos de cara a los años venideros.

En este sentido, el Observatorio del Transporte y la Logística en España ha elaborado un informe en el que destaca la importancia de profundizar en cómo la experiencia vivida en la crisis sociosanitaria generada por la pandemia influirá en la movilidad y el transporte del mañana.

El incremento del teletrabajo, el desarrollo y la prestación de servicios de forma online, la educación no presencial, la importancia de la seguridad sanitaria en general, y en particular en el transporte y la movilidad o el protagonismo de la digitalización y las nuevas tecnologías han tenido y tendrán su incidencia en el futuro más inmediato de los sectores afectados o directamente relacionados por los cambios que se han producido en la movilidad y el transporte pero, además, podemos añadir otros aspectos que serán clave, sobre todo, para la empresas dedicadas a la logística.

Transporte y seguridad sanitaria

El estudio del Observatorio destaca una de las cuestiones con más ámbitos de aplicación y con más incidencia desde que comenzara la pandemia, que ha puesto de manifiesto la importancia de la seguridad sanitaria en general, y en particular en el transporte y la movilidad.

Así, “la seguridad sanitaria ha adquirido identidad propia junto con las vertientes de seguridad habitualmente consideradas en el transporte, como son la seguridad física, la seguridad operacional, y la ciberseguridad” suponiendo, en consecuencia, avances en materia de desinfección, limpieza y provisión de equipos individuales de protección a los trabajadores del sector del transporte. Todas ellas medidas que, en base a la experiencia vivida y el análisis de la misma, previsiblemente, podrían perdurar en el tiempo.

Además, debido a la importancia adquirida por la seguridad sanitaria en todos los ámbitos, en un corto espacio de tiempo hemos podido comprobar cómo se han puesto en marcha certificaciones de protocolos y medidas para garantizar la seguridad de los empleados y de los usuarios del sistema de transporte, que creemos han llegado para quedarse.

El impacto del comercio electrónico

 

La crisis sanitaria generada por la pandemia actual ha acelerado los cambios en el consumo que ya habían comenzado a producirse en los últimos años.

Según el informe Global Consumer Insights Survey 2020, elaborado por la consultora PwC, el 50% de los consumidores globales -el 54% de los españoles- aseguran haber disminuido las compras en establecimientos físicos desde el inicio de esta crisis sanitaria. Se da un incremento del uso del móvil y del ordenador como canales de compra y una mayor preocupación por la salud; aumentando los gastos en alimentación, entretenimiento y aparatos electrónicos y cayendo el consumo de ropa, calzado y restauración.

Este cambio en el patrón de comportamiento de los consumidores influye de manera directa en la movilidad y el transporte, ya que el incremento del comercio electrónico impacta claramente en la distribución urbana de mercancías.

Cada vez se realiza un mayor consumo por estos medios electrónicos y además se demandan tiempos de entrega más reducidos. Por tanto, ante el fuerte incremento de este campo como consecuencia de la pandemia se abren nuevos retos y oportunidades, como el desarrollo de nuevos sistemas de entrega y recogida de paquetería en buzones inteligentes en lugares públicos o en las zonas comunes de urbanizaciones residenciales o en vehículos particulares a través de una app que permita la apertura del coche al repartidor.

Asimismo, pueden desarrollarse microhubs o centros de microdistribución logísticos en los barrios de las ciudades, como pequeñas unidades de distribución logística descentralizadas que además permiten la distribución a los clientes finales en vehículos de bajas emisiones, o incluso en bicicleta o a pie, según recoge el análisis del Observatorio del Transporte y la Logística en España.

Reconfiguración de centros de producción

Además, tenemos que hablar también de la reconfiguración de centros de producción de las empresas a la que nos ha obligado la situación actual y sus consecuencias directas en las cadenas logísticas, aspecto que deberá tenerse en cuenta sobre todo de cara al futuro más inmediato.

En este sentido, la posición geográfica de España puede ser un factor a tener en cuenta ya que, si bien es un país periférico en el ámbito europeo, puede ser la puerta de entrada de multitud de productos procedentes de diversas partes del mundo al continente.

Por tanto, según el análisis del Observatorio, dado que, salvo casos puntuales, se cuenta con capacidad suficiente en las infraestructuras nodales destinadas a la manipulación de mercancías, es probable que los esfuerzos tengan que orientarse hacia la mejora de las conexiones entre los distintos modos de transporte.

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